Un implante dental es un dispositivo metálico elaborado en titanio, que se ubica quirúrgicamente en el hueso maxilar bajo la encía, con el objetivo de colocar sobre él una corona o prótesis que permita reemplazar tanto funcional como estéticamente uno o varios dientes perdidos.

Tratamiento individualizado
La colocación de un implante dental es un proceso 100% individualizado, en el cual se selecciona un tipo de implante específico para cada paciente de acuerdo con sus características particulares.  Para iniciar un tratamiento de implante, primero se debe de tomar una tomografía del hueso maxilar que le permita al implantólogo conocer las dimensiones y la calidad del hueso del paciente. Con dicha información, se seleccionará el implante a utilizar y se evaluará si existe la necesidad de realizar un injerto de hueso dental. En caso de que se evidencie que el paciente tiene hueso insuficiente, se debe proceder a realizar un injerto de hueso dental para poder brindar un buen soporte al implante. Posterior al injerto, se debe esperar aproximadamente 4 meses para que este haya logrado su total integración al hueso maxilar y ahí si poder dar inicio a la colocación del implante.